Eduardo Falú



Hoy queremos rendir homenaje a uno de los más grandes guitarristas-compositores de la historia folclórica argentina. Eduardo Yamil Falú (1923-2015), hijo de emigrantes sirios, nació en un pequeño pueblo de la provincia de Salta. A muy corta edad se traslada a Yatasto donde su padre administraba una finca y regentaba un almacén. Fue en esta región con vestigios incaicos, desiertos áridos, montañas majestuosas y sierras selváticas donde Eduardo creció. A los once años comenzó a tocar la guitarra de su hermano mayor Alfredo, quien daba clases con un profesor local al que apodaban "el burro". En 1937 su familia se traslada a la capital de la provincia y es allí donde cursa sus estudios secundarios.

A los 17 años Eduardo toca por primera vez para el público en Radio LV9 de Salta, formando parte de la banda "Los Traperos", quienes ponían la banda sonora en directo. Poco después graba sus primeras canciones como guitarra solista de "La Tropilla de Huachi Pampa", componiendo la canción de aires andinos "la fuga del sol". Tras hacer el servicio militar, él y su amigo también músico César Perdiguero se trasladan a Buenos Aires para trabajar en un radio, y allí descubren que la música folclórica todavía no es conocida por los círculos de la sociedad. 

En 1950 graba su primer álbum con el sello TK con el nombre de la "Vidala del Nombrador". A partir de entonces no para de producir música, ya sea para para sellos discográfico como para bandas sonoras de películas, recopilando a su vez una gran cantidad de premios nacionales e internacionales.

El disco vinilo que vamos a escuchar hoy fue lanzado por el sello holandés "Disques Festival" en los años 60 y supone uno de los recopilaciones más representativos de este artista, entre cuyas canciones tendremos el honor de escuchar zambas, vidalas, temas con sabores andinos y otros al toque clásico. No os olvidéis de escuchar su versión a la guitarra del "condor pasa", de una técnica sublime. Eduardo para sus composiciones se inspiró en la vanguardia poética argentina, sobre todo en Jaime Dávalos, seguidor de Pablo Neruda y Mario Vargas Llosa.

Preparen un mate, un té o una copa de vino; pongan la música y siéntense para hacer un viaje a las raíces de la guitarra latinoamericana. ¡Disfrutad!